¿Y cómo era la casa de su infancia?

Aquel lugar era más bien un castillo, con numerosas habitaciones en las que yo me sentía diminuto, un sin fin de posibilidades para comenzar una aventura, un día podía estar explorando alguna selva peligrosa del Amazonas y al otro emprender un viaje hasta el tesoro mejor guardado a lo alto de una montaña. De noche debías ser el cazador de mounstros hasta que llegaba la hora de ir a la cama solo para esperar que un nuevo día comenzara.


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